¿Sabías que al Renacimiento le debemos buena parte de los conocimientos sobre el cuerpo humano que tenemos? Gracias a artistas y hombres de ciencia como Tiziano, Miguel Ángel o Leonardo da Vinci, la exploración y obtención de imágenes de nuestra anatomía se llevaron a cabo para beneficio de la ciencia, el arte y la humanidad en general.
Leonardo da Vinci dedicó gran parte de su trabajo a los estudios anatómicos, ya que, por una parte, necesitaba aplicar estos conocimientos a su pintura y, por otra, se sentía intrigado y maravillado por los complejos mecanismos que mantienen vivo y en movimiento el cuerpo humano. Uno de sus proyectos inconclusos era la elaboración de un tratado de anatomía que abarcara todo el saber de la época, y contara con sus contribuciones originales.
Abajo, podemos ver uno de sus diseños para el proyectado tratado. Es la
primera representación del corazón basada en la observación directa.
primera representación del corazón basada en la observación directa.
A continuación, también de la mano de da Vinci, dibujos de huesos, músculos y articulaciones expresan la preocupación del artista por la fisiología del movimiento.
Las dos obras forman parte de los cuadernos de anatomía de
Leonardo conservados en el Museo de la Ciencia y la Técnica, de Milán.
Leonardo conservados en el Museo de la Ciencia y la Técnica, de Milán.
Como coetáneo de da Vinci, Miguel Ángel también mostró un gran interés por la anatomía humana. El artista diseccionó cadáveres para estudiar el cuerpo y su estructura, y llevó a sus obras, tanto en piedra, como en mármol y arcilla, los conocimientos obtenidos. Su experiencia como escultor le dotó de un entendimiento absoluto del cuerpo humano, que también trasladó a sus obras pictóricas tales como La creación de Adán o La separación de la luz y las tinieblas, en la Capilla Sixtina.