A vueltas con EL ROMANCERO GITANO

El Romancero Gitano es un conjunto de poemas escritos por Federico García Lorca entre
1924-1927. Reconozco que la primera vez que lo leí, hace unos años, no me dijo gran cosa;
creo que lo único que conseguí fue saciar cierta curiosidad por saber cómo era esa famosa obra. 
Según pasa el tiempo, según transcurre mi vida, cada vez estoy más segura de que cada cosa tiene su momento y que hay obras que no pueden llegar a ti ni antes ni después porque, de lo contrario, no serás capaz apreciarlas en toda su magnitud. Con el Romancero Gitano me ha vuelto a ocurrir esto, eso de que la primera vez que me puse a leerlo no me afectó de ningún modo pero, en esta ocasión, la segunda vez tras al menos cinco años pasados, me ha encantado e hipnotizado de esa manera que sólo los símbolos que van directos al inconsciente pueden lograr. Creí que lo de esta afectación era algo mío, una impresión meramente personal pero después de haber buscado bastante información y haber leído tres estudios distintos, pero esencialmente parecidos, sobre esta colección de poemas, he comprobado que esta fascinación más allá del intelecto es algo que experimentan todas las personas que leen este Romancero en el momento preciso, y que esa sensación constante de que la sexualidad, la violencia y la muerte poetizada acechan por todas partes, está muy analizada por los expertos en Lorca.


En una conferencia, Federico dijo sobre su creación: El libro, en conjunto, aunque se llama gitano, es el poema de Andalucía, y lo llamo gitano porque el gitano es lo más elevado, lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal. Así pues, el libro es un retablo de la Andalucía, con gitanos, caballos, arcángeles, planetas, con su brisa judía, con su brisa romana, con ríos, con crímenes, con la nota vulgar del contrabandista, y la nota celeste de los niños desnudos de Córdoba que burlan a San Rafael. Un libro donde apenas si está expresada la Andalucía que se ve, pero donde está temblando la que no se ve. Y ahora lo voy a decir. Un libro antipintoresco, antifolklórico, antiflamenco. Donde no hay ni una chaquetilla corta ni un traje de torero, ni un sombrero plano ni una pandereta, donde las figuras sirven a fondos milenarios y donde no hay más que un solo personaje grande y oscuro como un cielo de estío, un solo personaje que es la Pena que se filtra en el tuétano de los huesos y en la savia de los árboles, y que no tiene nada que ver con la melancolía ni con la nostalgia ni con ninguna aflicción o dolencia de ánimo, que es un sentimiento más celeste que terrestre; pena andaluza que es una lucha de la inteligencia amorosa con el misterio que la rodea y no puede comprender.

 

Siempre digo que la percepción de los autores y el público con respecto a un trabajo suele variar ENORMEMENTE; y en este caso discrepo mucho con Lorca en eso de que es un libro antifolklórico y que la protagonista absoluta es la pena. Quizás esa fuese la intención del poeta, pero creo que consiguió más bien todo lo contrario (cosa que no tiene nada malo). Mi impresión es que
su romancero es un testimonio totalmente poetizado de la Andalucía más
profunda, cruda, bella y curiosa de principios del siglo XX .
El Romancero Gitano está compuesto por 18 poemas. Aunque son varios los que encuentro estupendos, mi favorito es El Romance de la Guardia Civil Española, un texto que
trajo a Lorca problemas con la justicia tras la denuncia que se hizo en su contra por
el supuesto carácter ofensivo que encontraron en él.

Yo creo que el poema, ofensivo, lo que se dice ofensivo... no es, pero hay que reconocer que “el espíritu y las acciones” la Guardia Civil de la época no salen muy bien parados bajo la mirada del escritor. La brutalidad exhibida es evidente y, en alguna que otra escena, no puedo evitar que las imágenes de las que habla me recuerden al Guernica y su drama. En fin, yo lo he transcrito para que cada cual saque sus propias conclusiones si le echa un vistazo accediendo a él a través de la imágen.


Por cierto, si algún día os llega el momento de leer esta magnifica obra lorquiana,
os recomiendo que la degustéis poco a poco y en voz alta, porque es genial notar
la sonoridad y el ritmo de los versos del poeta.