Siempre digo, y creo que anteriores entradas de Todos contra el Arte ha quedado demostrado, que cuando miras lo que te rodea desde una perspectiva artística y decides utilizar la realidad como medio para dar rienda suelta a tu creatividad, cualquier cosa puede ser reinventada consiguiendo resultados sorprendentes, encantadores y de lo más artísticos.
Hoy de nuevo aquí tenemos la prueba de esto gracias a su autor Tang Chiew Ling.
Si eres de los que pensaba que las hojas caídas de las plantas sólo servían para ensuciar o para decorar el otoño, seguro que echando un vistazo a estas creaciones, cambias de opinión.