El escritor francés Marcel Prevost decía:
El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el
destino de un alma.
Lo que podemos ver en la imagen puede parecer el atrezzo de un escenario pero en realidad es una pequeña biblioteca. Ella recuerda a los refugios para pájaros pero, en vez de aves, en su interior hay libros. La caseta de la foto se encuentra en un barrio de Washington, y es una de las muchas que ya están instaladas por todo el mundo gracias a ciudadanos anónimos. Pertenece a una iniciativa que nació en 2009 en la pequeña localidad estadounidense de Hudson, y consiste en un intercambio de libros de lo más de lo más original. Su lema es: llévate un libro, deja un libro; y cualquiera puede tomar uno o varios volúmenes a condición de dejar a cambio el mismo número dentro de la caseta. Con ello los apasionados de la lectura que construyen estas encantadoras y pequeñas bibliotecas pretenden incitar a los transeúntes a acercarse a la lectura y a otro tipo de relaciones de convivencia.
