Este ingenioso lugar: El museo de las relaciones rotas, está ubicado en Zagreb y, como es obvio, está dedicado a las relaciones amorosas fracasadas. Cualquier persona, por muy alejada que esté, puede donar por correo tradicional o electrónico, objetos, mensajes telefónicos y otros recuerdos de su relación sentimental marchita que desea desechar, o visitar parte del "legado emocional colectivo“ creado por las donaciones más variopintas.
La idea de crear este monumento al desamor nació cuando Olinka y su ex novio Drazen Grubisic, rompieron. Primero sus amigos acogieron y alentaron el proyecto, y más adelante la ex pareja invitó a todos aquellos con mal de amores por una relación rota a entregar sus aportaciones.
En el museo de las relaciones rotas, los múltiples objetos enviados de todas partes del mundo forman una enciclopedia del amor marchito en la que hay poesías, un cuadro al óleo enviado desde el Reino Unido, un vestido de bodas de Italia o, incluso, un cálculo procedente de la vesícula biliar de un esloveno que lo consideró consecuencia y recuerdo de una relación dolorosa y apasionada.
Las donaciones son anónimas, aunque deben ir acompañadas de una fecha y varias frases que describan por qué ese objeto reviste un significado sentimental especial.
Así, bajo un teléfono móvil se lee: Me regaló su móvil para que no volviera a llamarla nunca más. Al lado del teléfono, hay un símbolo de Mercedes Benz y un texto que reza: No tenía tiempo para nada más.
Debajo de otra pieza, un osito de felpa con la inscripción Te quiero, dice: ¡Mentira, maldita mentira!. Este osito sobrevivió en el fondo de un armario sólo porque no tenía culpa de nada, a diferencia del idiota que me lo regaló.
Pero un objeto realmente impensable es una pierna ortopédica. Esta pierna de madera es de un veterano de guerra de Croacia, aclara Zvonimir cuando se le pregunta por ella.
En este caso, el hombre se enamoró de una enfermera, que hizo posible que recibiera una pierna ortopédica hecha de un excelente material. El texto dice: La pierna duró mucho más tiempo que la relación.
Han donado objetos personas de todas las edades, y la 'obra' expuesta más antigua es una caja de recuerdos de una abuela cuyo querido Karlo se ahogó en 1920 en un río. En el museo también hay donaciones realizadas desde Sudáfrica, Singapur, Estados Unidos y Turquía; una serie de siete corpiños, llaves del apartamento de un ex, un perfume a medio vaciar o los zapatos blancos que una mujer obligaba a usar a su novio.
Una mujer de Filipinas mandó una bola de esas que responden preguntas. "¿Todavía piensa en mí?", preguntaba ella y tiraba la bola en busca de una respuesta: "Mis fuentes dicen que no", era el resultado. Así que insistía: ¿Está con alguien ahora?, y la bola contestaba: Sin duda. Finalmente, decidió deshacerse lo antes posible de ese objeto regalo de su ex.
En la exposición también tiene protagonismo un hacha al lado de un vestido de novia.
Era una pareja de mujeres de Berlín que vivían juntas en un apartamento. Una de ellas hizo un viaje a Estados Unidos. La que se quedó en Berlín se enamoró en esos días de otra mujer; cuando la otra volvió, la echó de la casa. Pero los muebles de su ex pareja se quedaron y como no venía a buscarlos, ella compró un hacha y los rompió todos.
De Alemania también llegó un tarrito de plástico amarillo con su correspondiente explicación: El contenido de este envase son las lágrimas que junté. Las derramé después de haber roto una relación de cuatro años con una hermosa (pero escurridiza) mujer. Realmente tuve la intención de enviarle estas lágrimas como muestra de mi profundo dolor. Pero hasta el día de hoy siguen conmigo...
Pobre... la verdad es que las cosas que se pueden encontrar en este lugar me provocan tanta pena como risa; es que es todo tan... ¿esperpéntico? Me parece un sitio tremendo, jajajaja, al que yo misma podría haber mandado un par de cosas de no haberlas tirado a la basura hace tiempo ;-)