Pablo Picasso fue una de las figuras más célebres del siglo
XX y uno de los padres del arte moderno cuya obra ejerció y, continúa
haciéndolo, una fuerte y rotunda influencia que cambió para siempre la concepción de la
imagen y de sus devenires artísticos. Por ello, en Todos contra el
Arte, queremos dedicar un especial a este autor que fue contra el
arte para hacer más arte, y que afirmaba orgulloso de sí –Yo hago lo imposible porque lo posible lo
hace cualquiera.
Uno de los comentarios que mejor ilustran el pensamiento de
este artista en relación a su obra, es: Pinto los objetos tal como los
pienso, no como los veo. Esto expresa la esencia misma del cubismo; un estilo
revolucionario que Picasso creó junto a Georges Braque.
A pesar de las numerosas metas alcanzadas por Pablo Picasso, esta
es considerada su mayor contribución al arte dado que el cubismo ejerció una
enorme influencia en los movimientos posteriores y fue definido por el
historiador del arte John Golding como –tal vez la más importante y ciertamente
la más completa y radical revolución artística desde el Renacimento.
Como muchas otras denominaciones de estilos, también el
término cubismo se utilizó de forma despectiva inicialmente, en este caso por
un crítico que subrayó que Georges Braque, en sus pinturas, había reducido
todas las cosas a pequeños cubos. Cuando Picasso y Braque se enteraron, aceptaron de buen grado esta definición,
aunque sólo es aplicable a un reducido número de sus cuadros, ya que los
objetos representados en muchas obras cubistas tienden más a descomponerse en
varias facetas que a ser representados con formas cúbicas.
La gran innovación del estilo cubista reside en el abandono del punto de vista tradicional de la pintura europea. Utilizando diversos
puntos de vista dentro de la misma obra, se pueden mostrar simultáneamente
varios aspectos del mismo objeto a la vez, y no sólo ese objeto en un momento particular desde una única localización.
Los pintores cubistas como Picasso, Braque o Juan Gris
prefirieron descomponer y recomponer las formas de modo que el cuadro, en lugar
de estar concebido como una ventana a través de la cual se ve la imagen, está
pensado como una superficie plana sobre la que el pintor dispone, como mejor le
parece, todos los elementos. De repente, los artistas eran libres para recomponer la realidad a su elección.
Braque y Picasso no llegaron a este nuevo estilo de un día
para otro. Sus ideas fueron tomando cuerpo de forma gradual entre 1907, año en
el que se conocieron, y 1914, cuando les separó la Primera Guerra Mundial.
Entre los años 1910 y 1912 su colaboración fue tan estrecha
y sus obras hasta tal punto similares, que a veces incluso los expertos tenían
dificultades para poder distinguir la mano del uno de la del otro.
Otra de sus importantes e innovadoras aportaciones fue la
idea de que los cuadros podían realizarse empleando cualquier material como
tejidos, piezas de metal o de madera, trozos de periódico... para darles una
mayor veracidad y de paso explorar el universo de posibilidades que los
“nuevos” materiales ofrecían a la hora de componer las imágenes sobre las obras. A
esta vertiente del estilo se la llamó cubismo sintético y fue un paso más en la
exitosa carrera del autor al que dedicaremos una atención especial en el
apartado Detalles de Picasso
Picassos, ejemplos del cubismo analítico y del cubismo sintético
***
***
Fuentes para la elaboración de este artículo: monográfico Picasso
(Colección Grandes Maestros de la Pintura. Ediciones
Altaya, S.A. 2001)