Tren de noche a Lisboa es una película que se estrenó en el año 2013
pero que yo descubrí por casualidad en una noche del verano de 2016.
Esta historia basada en un best seller alemán, comienza con un inesperado e intrigante suceso: un profesor en cuya vida nunca ocurre nada destacable, una mañana camino del trabajo, sin comerlo ni beberlo, se encuentra salvando la vida de una chica que viste un llamativo abrigo rojo, que está a punto de suicidarse y que lleva consigo un libro que al profesor Raimund le va a cambiar la existencia. A partir de ahí, éste comienza una investigación improvisada entorno al suceso y al libro, y ello le conduce a unos inesperados pasajes que le invitan a montarse, sin equipaje y sin tiempo para pensarlo, en un tren nocturno que desde Suiza le hace y nos hace viajar a Lisboa.
Allí conoceremos a Amadeu de Prado, a George, a Estefânia y a otros personajes cuyas historias entrecruzadas nos narran las pasiones y vivencias de unos jóvenes militantes de La Resistencia contra la dictadura salazarista que Portugal sufrió desde 1926 hasta 1974 y que derivó en la liberadora Revolución de los Claveles. Y todo ello sucede a través de los flashbacks narrados al profesor Raimund que queda asombrado y fascinado por la intensidad de las vidas de aquellos jóvenes valientes.
Si alguien me preguntara por qué recomiendo ver Tren de noche a Lisboa, diría que porque es una historia que no sólo te hace reflexionar sobre lo que estás viendo sino también sobre lo que TÚ ESTÁS VIVIENDO O NO, es decir, que te hace pensar sobre tu propia existencia.
A pesar de que en algunos momentos puede resultar un poco lenta y enrevesada por la manera en la que está realizado el montaje a base de continuas vueltas atrás, insisto en que recomiendo ver esta película y ESCUCHARLA porque está llena de pensamientos que nos pueden ayudar de cara a nosotros mismos y porque ella, en sí misma, es una buena reflexión sobre la necesitad de VIVIR.
Este que os dejo a continuación, es uno de esos pensamientos filosóficos mencionados que pueden escucharse a lo largo de la historia: <<Si es verdad que tan solo vivimos una pequeña parte de la vida que hay dentro de nosotros, ¿qué pasa con el resto? Vivimos aquí y ahora. Todo lo que ya ha ocurrido en otros lugares pertenece al pasado, prácticamente está olvidado. ¿Qué se podría y qué se debería hacer con todo el tiempo que tenemos por delante abierto y sin forma, ligero como una pluma en su libertad y pesado como el plomo en su incertidumbre? Hay un deseo onírico y nostálgico de volver a ese punto de la vida y tomar un rumbo totalmente diferente del que hemos recorrido y nos ha convertido en quienes somos>>.
A pesar de que en algunos momentos puede resultar un poco lenta y enrevesada por la manera en la que está realizado el montaje a base de continuas vueltas atrás, insisto en que recomiendo ver esta película y ESCUCHARLA porque está llena de pensamientos que nos pueden ayudar de cara a nosotros mismos y porque ella, en sí misma, es una buena reflexión sobre la necesitad de VIVIR.
Este que os dejo a continuación, es uno de esos pensamientos filosóficos mencionados que pueden escucharse a lo largo de la historia: <<Si es verdad que tan solo vivimos una pequeña parte de la vida que hay dentro de nosotros, ¿qué pasa con el resto? Vivimos aquí y ahora. Todo lo que ya ha ocurrido en otros lugares pertenece al pasado, prácticamente está olvidado. ¿Qué se podría y qué se debería hacer con todo el tiempo que tenemos por delante abierto y sin forma, ligero como una pluma en su libertad y pesado como el plomo en su incertidumbre? Hay un deseo onírico y nostálgico de volver a ese punto de la vida y tomar un rumbo totalmente diferente del que hemos recorrido y nos ha convertido en quienes somos>>.