Vincent Van Gogh pintó su dormitorio en octubre de 1888. En aquella época estaba esperando la llegada a Arlés del también pintor Paul Gaugin, con quien deseaba fundar un círculo de artistas, y preparaba poco a poco la casa para el recibimiento de su amigo.
El mes anterior Van Gogh había pintado El café de noche. Desde el punto de vista emocional, La habitación de Vincent es una obra tan serena y relajante como inquietante lo era la anterior. En una carta, el artista describió el cuadro con estas palabras: -Es exacta y simplemente mi dormitorio.
La habitación de Vincent (1888) Dimensiones: 72X90 cms
En esta pintura de dibujos casi elementales, lo que verdaderamente cuenta es el color. Utilizado de una manera muy sencilla, da un aspecto tranquilizador y reposado a la estancia. Mirando este cuadro, hay algo que nos resulta familiar y que nos invita a entrar y a estar un buen rato descansando.
En La habitación de Vincent, el objeto predominante
es la cama grande, sólida y sencilla, que nos sugiere comodidad.
es la cama grande, sólida y sencilla, que nos sugiere comodidad.
Los contornos marcados de los muebles, transmiten
una sensación de seguridad y calma estable.
La buena disposición de los colores fríos y cálidos repartidos por el espacio, unidos a la colocación ordenada de los objetos, contribuyen a dar un aire armónico de pulcritud y sosiego.
No sé a vosotros, pero a mí, observando esta habitación, me dan ganas de ir a hacerle una visita a Vincent, y quedarme una temporada en su casa aunque no hubiera un dios que le aguantara ;-D (sensación que tuve cuando leí las cartas que le envió a su hermano Theo).
Fuentes para la elaboración de este artículo:
transcrito desde monográfico Vincent Van Gogh
transcrito desde monográfico Vincent Van Gogh
(Colección Grandes Maestros de la Pintura. Ediciones
Altaya, S.A. 2001)