El sol es uno de los murales con los que el pintor Edvard Munch decoró el Aula Magna de la Universidad de Oslo. Estos trabajos fueron claves para su carrera ya que, además de ser su mayor encargo público, significaron el paso de su desgarrador pesimismo a una visión mucho más positiva de la vida tras una larga convalecencia en el hospital por agotamiento extremo que obligó al artista a reflexionar mucho sobre la existencia y sobre cómo él la estaba viviendo al límite físico y mental.
A pesar de no haber trabajado nunca en una escala de tales proporciones, Munch consiguió una imponente simplicidad de efectos, en línea con la arquitectura solemne del ambiente. La obra más poderosa y original de la serie de murales es esta imagen del sol, ensalzado por el pintor como fuente de la energía y de la vida.
El sol (1909-11) Dimensiones: 452 x 788 cms
El sol que aquí vemos ilumina el fiordo del sur de Noruega llamado Kragero. La escena está representada de una manera tan audaz e idealizada, que el cuadro casi parece una composición abstracta. En él los bordes superiores, los rayos de luz y energía se han transformado en una explosión de rojo, azul, rosa, amarillo y oro que bien recuerda a fuegos artificiales.
En el centro, una bola blanca de luz se funde con los rayos vibrantes,
transmitiendo así una idea de la incontenible energía del astro.
Cerca, el mar es un conjunto de colores y texturas desmenuzados,
en contraste con la suave extensión verde en el centro del litoral.
No sé a vosotros pero a mí este RADIANTE y colorido homenaje al sol
me despierta unas ganas enormes de dejarme arrastrar por la alegría y
la fuerza que desprende. Me parece realmente magnífico :-D
Si te apetece saber más sobre la vida y las obras de este interesante artista,
entra en la sección especial detalles de Munch
