El libro Poeta en Nueva York está compuesto por 35 poemas de
los cuales
yo he seleccionado estas frases como mis fragmentos favoritos.
yo he seleccionado estas frases como mis fragmentos favoritos.
Ojala esta selección consiga despertar en alguien el interés
por leer la complicada pero
fascinante obra del maravilloso y extraordinario Federico García Lorca
y encontrar así sus propios versos para recordar :-)
fascinante obra del maravilloso y extraordinario Federico García Lorca
y encontrar así sus propios versos para recordar :-)
Tropezando con mi rostro distinto cada día.
¡Asesinado por el cielo!
He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
por mi pecho turbado por las palomas,
por mi muerte desierta con un solo paseante equivocado.
Es por el silencio sapientísimo
cuando los cocineros y los camareros y los que limpian con
la lengua
las heridas de los millonarios
buscan al rey por las calles o en los ángulos del salitre.
Veremos la resurrección de las mariposas disecadas.
Tu ignorancia es un monte de leones.
Yo tenía un hijo que era un gigante,
pero los muertos son más fuertes y saben devorar pedazos de
cielo.
Pensamiento de enfrente, luz de ayer,
índices y señales del acaso.
Pero yo he de buscar por los rincones
tu alma tibia sin ti que no te entiende,
con el dolor de Apolo detenido
con que he roto la máscara que llevas.
De la esfinge a la caja de caudales hay un hilo tenso
que atraviesa el corazón de todos los niños pobres.
Yo estaba en la terraza luchando con la luna.
Temblaba con un miedo de molusco sin concha.
Aguardaban la velocidad de las últimas bicicletas,
bajo un silencio con mil orejas
en los desfiladeros que resisten el ataque violento de la
luna.
Será preciso viajar por los ojos de los idiotas,
gentes que pueden orinar alrededor de un gemido
o en los cristales donde se comprenden las olas nunca
repetidas.
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
El niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
Yo muchas veces me he perdido
para buscar la quemadura que mantiene despiertas las cosas.
Quiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.
Allí bajo las raíces y en la médula del aire,
se comprende la verdad de las cosas equivocadas.
Yo amé mucho a un niño
que tenía una plumilla en la lengua
y vivimos cien años dentro de un cuchillo.
Pero la noche es interminable cuando se apoya en los
enfermos
y hay barcos que buscan ser mirados para poder hundirse
tranquilos.
Los tres niños en el arrabal rodeaban a un camello blanco
que lloraba porque al alba
tenía que pasar sin remedio por el ojo de una aguja.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.
Que los confundidos, los puros,
los clásicos, los señalados, los suplicantes