Aunque Courtney Love, líder del grupo Hole,
fue el gran amor de Kurt Cobain, no fue su primera pareja estable. En 1987, con
20 años, Kurt decidió marcharse de su Aberdeen natal y alquiló un apartamento
en Olimpia junto a su primera novia conocida Tracy Marander. A partir de ahí,
con un mundo interior caótico y con tendencia a tener una sensación de soledad
permanente, a Cobain le costaba mantener relaciones duraderas y por su vida
pasó una chica significativa más llamada Tobi Vail, que pintaba y tocaba en un
grupo llamado Bikini Kill. Esta inestabilidad emocional empezó a poner
nerviosos a los otros componentes de Nirvana ya que el grupo había empezado a
tener mucho trabajo y Dave Grohl y Khris Novoselic veían por Kurt había
empezado a jugar con las drogas peligrosamente.
Pasan varios años hasta que en el verano de
1991, Kurt Cobain y Courtney Love, que entonces contaban con 24 y 21 años
respectivamente, se encuentran por primera vez en un festival musical europeo.
Los dos coincidieron detrás del escenario mientras Iggy Pop arrollaba con su
banda en el escenario principal.
Simpatizaron, se dieron cuenta de que tenían
un montón de cosas en común y Kurt también se percató de que ella estaba unida
a Billy Corgan, del grupo Smashing Pumpkins. Aunque, por lo visto, eso no se
convirtió en un problema grave. Un año después ya estaban sentimentalmente
unidos y el líder de Nirvana hablaba así del asunto –Conocer a Courtney me ha
cambiado totalmente. Ya no soy tan neurótico e inestable como antes. Hace un
tiempo siempre pensaba que estaba solo, aunque tenía un montón de amigos y una
banda con la que disfrutaba mucho. Pero ahora he encontrado a alguien de quien
estoy muy cerca, que se interesa por lo que hago y, realmente, no tengo más
aspiraciones- declaraba en el año ´92. Y es que, además de coincidir en sus
gustos musicales, también tenían en común etapas fundamentales de su infancia.
Cuando Courtney tenía cinco años sus padres se
separaron. Y ella conocía perfectamente lo que era ir de un lado para otro
y empezar a deambular por el mundo. Vivió en Nueva Zelanda, en Oregón e incluso
en Liverpool, hasta que regresó de nuevo a Estados Unidos y conoció a Kurt.
A finales de 1991, el álbum de Nirvana
Nevermind se estaba convirtiendo en un éxito apoteósico y Kurt empezó a perder
el control de todo lo que giraba a su alrededor. Le atormentaba el hecho de ser
una estrella y odiaba convertirse en todo lo que él siempre había odiado. No le
gustaba nada cómo funcionaba la industria discográfica. Empezaba a estar harto.
Para acabar de mejorar su situación personal,
en enero de 1992 se enteró de que Courtney estaba embarazada, cosa que a Cobain
le sentó fatal en un principio y que le hizo proponer un aborto ya que le daba
miedo que el bebé sufriera algún daño a causa del montón de drogas que habían
estado consumiendo los dos. Pero Courtney Love quería tenerlo y decidió seguir
adelante dejando de tomar por completo cualquier tipo de droga. Con el embarazo
siguiendo su curso, la pareja se casó el 24 de febrero de 1992 en
Waikiki (Hawai), durante una gira de Nirvana. Fue una ceremonia privada y muy
discreta a la que no asistieron ni sus amigos más íntimos. Courney llevaba un vestido antiguo que había
pertenecido a la actriz Frances Farmer, conocida por su vida combativa y trágica contra la industria de Hollywood durante los años treinta, a la que ella admiraba. Y Kurt iba tan sólo en pijama. Cobain explicaba muy emocionado en 1993 –Empecé a cambiar mi actitud negativa sobre el mundo cuando me casé. Nunca había esperado encontrar una compañera, una alma gemela-. Pero ese sentimiento de felicidad no le iba a durar demasiado tiempo porque su amistad con las drogas lo estaba empezando a destruir.
Kurt Cobain empezó a tomar drogas muy joven,
con 19 años, quizás para calmar sus fuertes dolores de estómago para los cuales
ningún médico encontraba solución o quizás para escapar de ese mundo que se le
caía encima. Son muchos los que acusaron a Courtney Love de que el cantante de
Nirvana descubriera las drogas, pero lo cierto es que las probó por primera vez
unos años antes de conocerla. Cuando se hizo pública su unión sentimental, se
extendió por todas partes la fama de desmadre total de la vida privada de la
pareja, y en abril de 1992, Kurt intentó desmentir estos rumores con
declaraciones como esta –Ya no bebo porque destruye mi estómago. Mi cuerpo no
me permitiría tomar drogas, porque soy demasiado débil. Todas las drogas son
una pérdida de tiempo. Destruyen tu memoria y tu amor propio y todo lo que
tenga que ver con tu autoestima. Pero tampoco voy a predicar en su contra. Es
cada persona quien debe elegir, aunque según mi experiencia lo considero una pérdida
de tiempo-. Las palabras de Kurt se podrían haber utilizado para hacer el mejor
anuncio contra las drogas, pero él mismo, con sus actos, se encargó de que
fuese imposible. Lo que pensaba no se adecuaba a lo que hacía.
Así, el día 4 de agosto, Cobain ingresó en el
hospital Cedars-Sinal, de Los Ángeles, para incorporarse a un programa de
desintoxicación y salió a tiempo para el nacimiento de su hija, el 18 de agosto
de 1992. A
la niña la llamaron Frances Bean Cobain, en honor a la actriz Francis Farmer. Pero
a causa de un reportaje publicado en la revista americana Vanity Fair, donde se
acusaba a Courtney Love de haber tomado drogas durante su embarazo, les
quitaron la custodia de la niña. Su felicidad se vino abajo y durante unos
meses tuvieron que demostrar que eran capaces de ser buenos padres. Al final recuperaron
la custodia de Frances, pero Kurt ya había entrado en el pozo cada vez más
profundo de la heroína.
***
(En la tercera y última parte de este especial 25º aniversario de la muerte de Kurt Cobain llamada Crónica de una muerte anunciada, os relato cómo se precipitaron los acontecimientos que terminaron conduciendo al ícono de la Generación X al suicidio).