El pasado 5 de abril de 2019 se cumplió el 25º
aniversario de la muerte por suicidio de mi querido Kurt Cobain. Explicarle a
alguien que no vivió su juventud durante los años `90 lo que supuso este tipo y
su grupo Nirvana, tanto a nivel musical como social, es muy difícil, más si cabe
dar sentido a que el cantante se suicidase justo cuando había alcanzado la cima
del éxito.
Dicen que la presión de ese éxito y la fama le
hundieron, pero la verdad es que yo creo que cuando tienes la cabeza echa polvo
desde que eras pequeño, cualquier cosa es capaz de llevarte hasta el límite
porque todo tiene más poder sobre ti que tú mismo. Si además llevas
destrozándote el cerebro con drogas desde los 19 a los 27 años, resulta
prácticamente imposible no acabar como lo hizo este ídolo del Rock y de la Generación X.
Lo que voy a transcribir a continuación es un resumen
de la primera parte de la vida de Kurt Cobain que se publicó en 1996 en una
revista para adolescentes que yo compraba por aquellos entonces y que hace años
que ya no existe. Pienso que cualquiera que tenga en cuenta estos datos de la
biografía del artista, comprenderá por qué llegado a un punto de depresión
total decidió acabar con su corta e intensa existencia. ¿Estaba el líder de Nirvana marcado por sus
orígenes y sin quererlo perdió su felicidad cuando todavía era un niño? No lo
sé, pero si leéis las tres partes que he preparado en su homenaje, creo que os daréis cuenta
de que el suicidio de este chico era la crónica de una muerte anunciada. Empecemos pues a relatarla.
Corría el año 1967 cuando un bebé llamado Kurt
Donald Cobain nació un 20 de febrero en la pequeña y remota ciudad de Aberdeen
(Seattle), en el estado de Washington USA. Fue el primer hijo de Donald, mecánico de
profesión, y Wendy, ama de casa y más tarde secretaria. Tres años después la
llegada al mundo de Kim, su hermana, completaría la familia.
Aunque su vida se asocia con desgracias de
todo tipo, los primeros años de vida de Kurt fueron felices. Él era el centro
de atención; un niño que emanaba alegría y que empezaba a hacer sus pinitos
como cantante. Además ya demostraba sus habilidades para el dibujo y el teatro.
Pero al cumplir ocho años un gran cambio ocurrió en su vida. A su corta edad se
vio azotado por un terremoto emocional cuando su madre le pidió el divorcio a
su padre, quien en un principio se resistió, pero acabó cediendo.
En 1992 la madre de Kurt Cobain concedió una
entrevista en la que reconoció que el divorcio afectó a Kurt totalmente –Cambió
por completo- contaba. -Creo que estaba avergonzado. Se volvió muy retraído y se
lo guardaba todo. Se volvió realmente tímido. Aquello le destrozó.
Tras conseguir el divorcio, Cobain vivió
durante un año con su madre para irse luego con su padre. Años más tarde se
convertiría en un vagabundo.
Aberdeen, el lugar donde había nacido, era una
ciudad maderera de naves industriales abandonadas, calles inquietamente
silenciosas, niebla descendiendo por las colinas y la tasa de suicidios más
elevada de Estados Unidos. Además sufría altas cifras de desempleo,
alcoholismo, drogadicción y violencia doméstica.
En medio de ese desagradable ambiente, Kurt
creció como un chico enfermizo: era hiper activo y además le diagnosticaron una
bronquitis crónica y una ligera desviación de columna, así pues, entre unas
cosas y otras, puede decirse que no era el personaje más popular y admirado de
su clase. Para acabar de redondear su historia, a los doce años, tuvo que afrontar
el suicidio de su tío abuelo Burle, que se disparó en el abdomen. Y cinco años
más tarde, el del hermano de éste, Kenneth, también puso fin a su vida
volándose la cabeza de un tiro.
Mientras tanto, el padre de Kurt se volvía a
casar y tenía una hija y un hijo, y la relación con su primogénito empeoraba
día a día hasta el punto de que expulsaron a Kurt de casa y éste vivió toda su
adolescencia de casa en casa de tíos, abuelos y de vuelta a casa de su padre
hasta 1984 porque en ningún sitio parecía encontrarse bien. Finalmente,
consiguió que su madre, que también se había vuelto a casar y había tenido dos
hijos, le hiciera un hueco en su casa. Pero aquí tampoco duró demasiado porque
la vida en ese lugar era una verdadera paranoia.
Un día que su madre Wendy, discutió con su
nuevo marido, llegó a apuntarle con una pistola. Curiosamente este lamentable
hecho puede considerarse el germen de la carrera musical de Kurt Cobain dado
que su madre, después de protagonizar la dramática escena, cogió todas las
armas que tenía en casa y las arrojó al río Wishkah. Al día siguiente, Kurt
pagó a dos chicos para que se lanzaran al río y recogieran las armas. Una vez
las tuvo, las vendió y con el dinero que sacó se compró su primer amplificador.
Durante un año y medio vivió en medio del
infierno en el que se había convertido su casa materna y luego salió de allí
pasando cuando podía las noches en casa de amigos, durmiendo en automóviles o
incluso en el hueco de un puente de Aberdeen. Lo que a Cobain le quedó de todos
esos días fue un recuerdo muy amargo. Relató –Mi vida fue un asco hasta los 17
años. Me pasaba el 90 por ciento del tiempo sentado en mi habitación. Después
de la escuela me iba a casa, tocaba la guitarra y escuchaba música. A los nueve
años creía que nunca superaría los 21 porque me sentía completamente alienado.
Probablemente era yo mismo quien se alienaba. Siempre intentaba encontrar a
alguien a quien le gustara el arte o la música, pero todos preferían el
deporte.
Y es que verdaderamente la música se convirtió
en su mejor compañía y en el centro de su vida. A los diez años descubrió a los
Beatles y a los Monkees. Hasta los 15 bebió de la música de Black Sabbath,
Aerosmith, Kiss y Led Zeppelin hasta que quedaron relegados cuando el punk-rock
apareció. –A partir del `85 sólo escuchaba punk-rock, abandoné a los Beatles y
a los duros. Y en mi nueva piel de punk-rockero, me avergonzaba de que me hubieran
gustado- explicaba años más tarde Kurt.
Habló con su amigo Krist Novoselic de su idea
de formar una banda y a éste le pareció genial porque su afición por la música
también era brutal. Tenía un bajo y le gustaba tocarlo dándole la mayor fuerza
posible.
(En la segunda parte de este especial 25º aniversario de su muerte titulada Las amistades peligrosas de Kurt Cobain , os narro algunos hechos más que contribuyeron al suicidio del líder de Nirvana).