Comencemos esta entrada con algunas preguntas:
si miras esta ilustración, ¿te ríes del oso? Yo lo hice. ¿Le encuentras bobo o directamente ridículo intentando de una manera idiota aparentar ser lo que no es? Yo le encontré así.
¿Crees que es una tontería y una perdida de tiempo y energía afanarse por parecer algo distinto de lo que se es en realidad? Seguro que sí. Yo lo creo también, pero… la cuestión es que si vamos un poco más allá de la primera impresión que nos causa este pobre diablo, y miramos con sinceridad hacia nosotros, encontramos que tod@s hemos hecho lo mismo que él en alguna ocasión: maquillarse las ojeras para tener buen aspecto, llevar calzado de suela gruesa o tacones para ganar estatura, comprar un cochazo para dar la
impresión de ser ALGUIEN, vestir con ropa oscura para parecer más delgado… ¿Acaso
no hemos puesto tod@s alguna vez cara de que no ocurría nada cuando algo nos estaba consumiendo por dentro? ¿Cuántas veces hemos tenido que
camuflar con valor un momento en el que nos encontrábamos muert@s de vergüenza?
¿Nunca te has pedido eso de –que no se me noten los nervios-
y esforzarte por aparentar serenidad? ¿Te ha pasado lo de obligarte a sonreír a alguien a
quien no soportas? Seguro que estos ejemplos nos suenan, así pues… ¿por qué burlarnos o criticar al
protagonista de esta ilustración? Al fin y al cabo, tod@s hemos tenido que hacer de oso travestido
de panda alguna vez. Y no hay que darle vueltas al asunto porque, simplemente, de tanto en tanto, hay que hacerlo para salir adelante en situaciones incómodas ;-)
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