ANECDOTARIO de ESCENAS EN UN GRAFFITI

El pasado jueves, 30 de junio de 2022 al fin cumplí con un desafío creativo que hacía tiempo que llevaba rondándome por la cabeza: conseguir escenas para fotografiar mediante la interacción de una persona y un graffiti. Siempre que veía cosas así por Internet pensaba en lo que molaría hacer algo parecido aunque nunca se me ocurría nada, pero hace unos días, recordando el tema, surgió una pregunta que sirvió para abrir de par en par la puerta a mi nueva ocurrencia creativa. La cuestión que me hice fue más o menos ésta: ¿Y qué graffiti podría usar yo para conseguir ese tipo de fotos? De verdad preguntarme esto que fue como meter la llave perfecta en la cerradura y abrir una puerta sin esfuerzo y al instante; de repente en mi mente se formaron asociaciones inmediatas y apareció el lugar perfecto para ir a realizar una sesión de fotos: El mural gigante del fondo del parque. Recordando lo que hay en él las escenas a fotografiar se montaron por sí solas en mi imaginación. Fue genial 😀

mural de arte urbano 
 
Así pues, por la tarde salí a dar un paseo en bici por la zona del mural urbano para poder observar y hacer con el teléfono unas fotos cutres que me ayudaran a visualizar todavía mejor lo que ya tenía en mente y que también me servirían para explicarle lo que quería a quien iba a pedir que posase, o sea, mi hermano Dani. 

arte urbano en torrejón de ardoz

Me di cuenta de que a primera vista, el lugar puede parecer recóndito, inhóspito y nada vistoso; de hecho me dije que hasta cierto punto podía ser normal que a nadie se le hubiera ocurrido mi idea (incluida yo misma); aunque para nada es un sitio así, de hecho se encuentra a unos 25 metros de un parque bastante chulo con tal grado de actividad que parece un club social, y de varias urbanizaciones de última generación.

ronda norte torrejón de ardoz
 
La cuestión es que por fin me decidí a poner fecha y hora a la sesión fotográfica, y para allá que nos fuimos el jueves como siempre en mi caso, creyendo que haríamos las cosas en 20 minutos (porque en mi cabeza estaban muy claras) y prolongándose entretenidamente una hora y media, ya que nos encontramos con varias dificultades; un par esperadas, pero otras dos de lo más imprevistas.
Una de las primeras, como de costumbre, fue la de la luz. Si íbamos temprano, además de achicharrarnos con el sol, las fotos quedarían quemadas y habría que lidiar con las sombras que arrojaría la figura de mi ayudante y que no eran bienvenidas. Así que comenzamos a las ocho y media de la tarde, pero aún con esas, nos encontramos con la sorpresa de que los edificios blancos que hay enfrente del lugar hacían rebotar la luz generando efectos inoportunos en las paredes y estropeando la iluminación de la escena.
Otro problema fueron las dimensiones de los personajes mastodónticos pintados en las paredes y la escasa distancia a la que podía situarme con la cámara para hacer las fotos. Tuve que sacrificar elementos para lograr unas imágenes medianamente satisfactorias. Aquí os muestro un ejemplo para que observéis las proporciones en relación a un cuerpo humano (el mío) de 1,73 m de estatura y lo enormes que eran los personajes con los que Dani iba a interactuar.

graffitis en torrejón

Además literalmente me jugué el tipo para poder conseguir las imágenes, porque lo que hay justo debajo del mural es una acera estrecha que a su vez ejerce funciones de carril bici y una carretera muy transitada hasta las diez de la noche. Lo dicho, me jugué la integridad física para poder abarcar las escenas en la medida de lo que los encuadres me permitían.

arte urbano ronda norte torrejón

Hasta aquí eran dificultades con las que más o menos contaba, pero las cosas empezaron a complicarse cuando, por puro olvido, me percaté de que no había tenido en cuenta el enorme tránsito de gente corriendo, en bici, caminando a marcha rápida, en patinete eléctrico o paseando al perro que ronda por el lugar a esa horas de la tarde. Mientras efectuábamos la sesión, se formaron pequeños “circos” 😅; la chavalada que estaba en el parque se puso a observarnos dándose codazos y los transeúntes nos miraban con la curiosidad de quien observa cómo se filma una película. De buena gana se paraban para mirar detenidamente sonriendo y permitirnos grabar y tomar las fotos; pero otras veces Dani y yo teníamos que cortar para no entorpecer a los paseantes en bici o patinetes eléctricos. Yo estaba tan concentrada en encuadrar que apenas me daba cuenta de lo que estaba sucediendo alrededor, pero la verdad es que Dani tuvo echarle paciencia y tomárselo todo con filosofía ya que él estaba en el punto de mira 😎
Pero el remate de los elementos inesperados fue el siguiente. Ésta es la una instantánea de aquí te pillo a aquí te mató que mi hermano tomó con el teléfono alucinando como yo por lo que estábamos viendo 😮

cumbre OTAN madrid
 
¿¿Un avión??- diréis. No, muchos aviones sobrevolándonos a baja altura. ¿¿Por qué?? ¿Os suena que entre el martes 28 y el jueves 30 de junio se celebró la Cumbre de la OTAN en Madrid?? ¿Sí? Vale, pues resulta que el lugar donde llevamos a cabo la sesión de fotos de la que os estoy hablando está a unos 400 metros de la base aérea militar más importante de España. ¿Qué os quiero decir con esto? Que en ella aterrizan y aparcan los aviones de las personalidades que vienen al país, y que no sé cuántos jefes de estado en sus aviones oficiales nos sobrevolaron rumbo a sus respectivos países mientras tomaba las fotografías. Tal cual os lo cuento. Por supuesto, ¿¿quién se iba a imaginar un contratiempo como ese?? 😵
La tarde del pasado jueves COMPRENDÍ COMO NUNCA ANTES por qué los directores de cine tienen un altavoz de mano con el que se dirigen a su equipo de rodaje. Dani no oía mis indicaciones entre el ruido de la carretera, el de la autopista que lleva a Zaragoza y al aeropuerto militar, los variopintos gritos y sonidos que nos llegaban desde el parque y los aviones de los líderes mundiales pasando por encima de nosotros cada ciertos minutos. Tuvimos que parar numerosas veces, tanto para dejar pasar a los transeúntes, como porque no nos escuchábamos ni gritando como salvajes del ruido tan grande que emitían los motores de los aviones recién despegados 😬
    Os cuento todo esto porque además de que creo que pueden resultar anécdotas curiosas, pienso que ayudan a valorar más lo que hicimos por simple o meramente gracioso que pueda resultar a primera vista. Porque como suelo decir: lo que encontramos en Internet se ve, se lee, se escucha o descarga en unos segundos o minutos, pero en la mayoría de los casos suele haber llevado un tiempo y esfuerzo realizarlo mayor del que nos imaginamos. Dicho esto y para terminar, os invito a ver un vídeo de dos minutos que vendría a ser el Así se hizo... en el que veréis una recopilación de "los mejores momentos" de la sesión fotográfica  ESCENAS en UN GRAFFITI

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