A través de los tiempos han sido muchos los romances de los que hemos sabido gracias a la literatura, las canciones, el cine o las leyendas. Quien más y quien menos conoce el amor entre Romeo y Julieta, Tristán e Isolda, Calixto y Melibea o Los amantes de Teruel. También sabemos de apasionadas e intensas atracciones románticas que han pasado a la historia gracias al mundo del cine tales como CasaBlanca, Memorias de África o Titanic; pero creedme si os digo que la que protagoniza esta publicación es la más increíble de la que una persona pueda tener noticia y, además, es real. Una historia de amor, desamor, traiciones y Arte que sucedió así:
La primera vez que el artista Ulay vio a la performer Marina Abramovic ella estaba desnuda en la sala de un museo y se dibujaba en el vientre con una cuchilla la figura sangrante de una estrella, símbolo comunista (al menos ella la usaba con esa intención) y después se golpeaba repetidamente todo el cuerpo con una vara para crear una performance
que con el paso de los años se ha convertido en emblemática.
Eso ocurrió en Amsterdam, corría el año 1973 y todo entre sus dos protagonistas fue
más que un amor a primera vista porque, tras la representación, Ulay se dedicó
a curar las heridas que Marina se había provocado al flagelar su cuerpo.
Ella era serbia, él alemán. Ambos nacieron un 30 de noviembre de años distintos y se dedicaban en cuerpo y alma al que por entonces era un arte naciente y marginal: la performance. A partir de ahí, se unieron carnal, espiritual y artísticamente y decidieron formar una especie de dúo que llamaron El Otro: nombre bajo el cual ideaban y protagonizaban actuaciones radicales y extremas en las que alguna vez uno de sus miembros terminó en el hospital.
más que un amor a primera vista porque, tras la representación, Ulay se dedicó
a curar las heridas que Marina se había provocado al flagelar su cuerpo.
Ella era serbia, él alemán. Ambos nacieron un 30 de noviembre de años distintos y se dedicaban en cuerpo y alma al que por entonces era un arte naciente y marginal: la performance. A partir de ahí, se unieron carnal, espiritual y artísticamente y decidieron formar una especie de dúo que llamaron El Otro: nombre bajo el cual ideaban y protagonizaban actuaciones radicales y extremas en las que alguna vez uno de sus miembros terminó en el hospital.
La temática de sus trabajos era siempre la misma pero planteada y expresada de formas diferentes: las relaciones conyugales y todo lo que conllevan tanto para lo bueno como para lo malo.
Tras 12 años juntos (cinco de los cuales vivieron en una furgoneta) como amigos, amantes y compañeros de profesión, llegaron las discrepancias artísticas y personales. En un documental sobre Marina Abramovic presentado en 2010, ella afirmaba que -cuanto mejores eran sus performances peor era su vida privada-. No es difícil suponer que una relación de este tipo agotaría las fuerzas y los sentimientos de la pareja, así pues, cuando la química del amor y sus fuertes egos se mezclaron, acabaron llegando las infidelidades: ella teniendo una aventura con un amigo de ambos mientras él, simultáneamente a miles de kilómetros, dejaba embarazada a una traductora durante los viajes de preparación de una escenificación que Marina y Ulay tenían pensado llevar a cabo en China.
Finalmente, cuando vieron que la relación se venía abajo, aprovechando los permisos conseguidos para trabajar en aquel país, decidieron hacer con su ruptura una nueva obra de arte conjunta, una última performance titulada Los amantes realizada en 1988. En ella Marina y Ulay comenzaron a caminar en solitario desde los dos extremos de la Gran Muralla China –él desde el desierto de Gobi, ella desde el Mar Amarillo- completando una larga caminata de 2.500 kilómetros que les llevaría a encontrarse en el centro y que finalizaría con su último encuentro y abrazo, una dolorosa despedida tras la cual dejaron de verse y hablarse durante 23 años.
Pero en el año 2010 sucedió algo. Con motivo de la exposición retrospectiva que el Museo MoMa de Nueva York dedicó a Marina Abramovic, la artista realizó una obra performance especial para el acontecimiento titulada La artista está presente: en la que guardaba un minuto de silencio mientras miraba a los ojos de quien quisiera sentarse frente a ella en el centro de una gran sala. Allí, para sorpresa de muchos de los asistentes, el día de la inauguración apareció, a petición de la propia Marina (que días antes se había visto con él), un invitado especial: su antiguo amante y compañero de profesión Ulay; y esto fue lo que sucedió cuando volvieron a encontrarse frente a frente durante una performance tras 23 años sin hacerlo.
Bufff vaya historia de amor-odio! Y bueno, el momento del reencuentro es sencillamente brutal, me he emocionado y todo.
ResponderEliminarUna pregunta, aparte de la suscripción por correo no tienes el gadget de seguidores no?
Un saludo Ka
A mí me dejó pasmada la historia al completo, y cuando vi el vídeo y su reencuentro hasta se me saltaron las lágrimas. Es precioso de por sí, y si encima le añades la música que le pusieron, pues ya... uuuffff...
ResponderEliminarPues el gadget del que hablas lo acabo de insertar, llevaba días pensando en él, jajaja, y ahora que lo has mencionado, he terminado de ponerme a buscar la opción. Lo he dejado por ahí arriba.
Supongo que mucha gente se podrá sentir identificada con esto en algún sentido, otros sentirán envidia al querer poder experimentar ese "tipo" de amor y a otros les dará igual.
ResponderEliminarYo más que poder sentirme identificado por algo, lo veo como lo que es, es decir, algo que solo lo saben aquellos que lo han experimentado. Sigo creyendo que hay cosas que por mucho que se escriban sobre ellas, aunque sean millones de líneas o párrafos no se acercarán ni a la mitad de lo que realmente son, es decir, hay cosas que no tienen palabras y de ahí el: "Más vale una imagen que mil palabras".
Ahora intento no meterme mucho en ningún sitio porque quiero estar centrado en cumplir los objetivos que me he propuesto. Si te doy sincero, hoy ha sido el único día en algo más de medio año en el que he pensado en publicar otra entrada en el blog y esa si sería la misma pero, no sé, creo que todavía tengo muchas cosas en las que pensar y he de decirte que quería que lo supieras porque en cierta parte me has ayudado a descubrir muchas cosas en mí y aunque parezca mentira, he tardado años en verlo. A lo mejor escribía algo por la necesidad de hacerlo y tú me decías que quizás no era una simple necesidad y que había algo más detrás.
Vaya, como pusiste un día (no me acuerdo de las palabras textuales) pero pusiste algo así como que quizás estuviera creciendo y no sé, ya te digo que tengo que pensar en muchísimas cosas.
Creo que ya te dí las gracias pero si no fue así, te las doy ahora: Gracias.
Espero que estés bien y que todo te vaya bien (pese a que siempre lo diga, lo espero de verdad).
P.D: No creo que llegue a escribir esa última entrada en el blog pero no sé, quizás me vea en un futuro con un nuevo blog (dentro de algunos años) pero quién sabe...
EL VER ESTE VIDEO REALMENTE HACE MOVER COSAS EN TU INTERIOR, YO ACABO DE PASAR POR ALGO SIMILAR DESPUES DE 23 ANOS HA VUELTO A APARECER...ESE AMOR (y eso que solo fue el reencuentro por medio de una red social) LA REVOLUCION DE RECUERDOS Y SENTIMIENTOS, DE VERDAD SON INDESCRIPTIBLES Y DOLOROSOS ALAVEZ
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