Robert Capa, seudónimo de Endre Ernö Friedmann, fue el más
famoso corresponsal gráfico de guerra del siglo XX. Él fue el primero en
reflejar a través de la fotografía la muerte desnuda, la desolación y la
resistencia en tiempos de guerra con toda su crudeza.
Húngaro y judío de nacimiento, emigrado a Berlín por sus ideales políticos
y
más tarde a Francia huyendo de el régimen nazi, Endre Friedmann pasó
a ser Robert Capa a la edad de 22 años en París.
más tarde a Francia huyendo de el régimen nazi, Endre Friedmann pasó
a ser Robert Capa a la edad de 22 años en París.
Cuenta la historia que la también fotógrafa Gerda Taro
inventó en gran medida a Robert Capa al poco de conocerse y enamorarse en la
capital gala, lugar en el que entonces residían los dos.
En 1933, cuando Hitler se hizo con el poder, ella: Gerda Pohorylle
era miembro del partido comunista alemán, y tuvo que exiliarse para no acabar
en un campo de concentración.
Capa le enseñó a manejar una cámara Leica y a revelar
fotografías, y solía referirse a ella como el jefe, reconociendo su gran
influencia sobre él. Porque en gran medida Gerda Taro creó a Robert Capa, en
primer lugar: físicamente. Cuando se conocieron en París, él parecía un
vagabundo, y gracias a ella la metamorfosis de Friedmann fue completa: uñas
cuidadas, zapatos decentes, pelo corto y bien peinado, buen afeitado, chaqueta,
corbata y sombrero; como si de un auténtico reportero norteamericano se tratase. Además, para conseguir vender las fotos mejor y más caras,
jugando con el apellido del cineasta Frank Capra, Gerda y él se inventaron un supuesto
fotógrafo estadounidense de muchísimo prestigio al que dieron el nombre de Bob
Capa.
Las agencias de fotos cayeron en la trampa y a partir de esa
invención, a Endre Friedmann
ya no volvió a faltarle trabajo y pasó a convertirse en un fotógrafo de éxito.
ya no volvió a faltarle trabajo y pasó a convertirse en un fotógrafo de éxito.
También, jugando con el apellido de la entonces celebérrima
actriz Greta Garbo, inventaron un seudónimo para Gerda: Taro, que
pareció darles suerte. Así pasaron a formar una
asombrosa pareja de foto reporteros.
asombrosa pareja de foto reporteros.
El valor de Capa y Gerda sorprendía a todo el mundo porque,
cuando el enemigo abría fuego,
no se ponían a cubierto sino que seguían fotografiando como si nada mientras la
metralla abatía a los soldados que les rodeaban.
no se ponían a cubierto sino que seguían fotografiando como si nada mientras la
metralla abatía a los soldados que les rodeaban.
En 1937, para desolación de Capa, Gerda Taro murió en España
aplastada accidentalmente por un tanque tras la batalla de Brunete (Madrid). A partir de
ahí, tras superar su pérdida, Robert siguió realizando grandes y famosos foto reportajes en solitario.
Cuando en 1947 se descubrió su historia, la invención de
Robert Capa, la fama y
la importancia de sus imágenes era tan grande que a nadie le importó el engaño y se tomó
como una anécdota más en la vida del intrépido y vivaracho fotógrafo.
la importancia de sus imágenes era tan grande que a nadie le importó el engaño y se tomó
como una anécdota más en la vida del intrépido y vivaracho fotógrafo.