Para dejar constancia una vez más de que el Arte no entiende de límites ni de estilos intocables, que su versatilidad es directamente proporcional a la de los propios artistas, os presento dos ejemplos de obras que nos demuestran que todo puede ser transgredido, reubicado y reinventado dando como resultado cosas novedosas, sorprendentes y que abren nuevos caminos y formas distintas de ver y entender lo conocido. Porque el mundo que nos rodea puede transformarse una y otra vez si se mira y se trabaja desde otra perspectiva ;-)
El arte urbano es una manifestación artística outdoor (externa) que se da por las calles de las ciudades, pero cuando su estilo y su estética, se trasladan al interior de una galería, genera un contraste muy particular y, para mi gusto, molón :-)
No menos chulo e interesante resulta sacar el "arte indoor", el que se realiza para el interior de algún tipo de edificio, a la calle; en este caso concreto el arte sacro. Aquí, el icono estandarte del cristianismo: la crucifixión, se nos muestra en un escenario totalmente diferente al habitual para darnos un puñetazo visual que alcanza el desafío y la provocación.
¿Acaso no dicen que dios está en todas partes? ¿Sólo dentro de una
iglesia podemos encontrarnos con Jesucristo? Hoy en día, ¿le
sacrificarían en una cruz o aprovecharían el tendido eléctrico para
cargársele? ¿Es una venganza del autor de la obra que manifiesta sin complejos lo que le apetecería llevar a cabo con la
religión? ¿Se trata de "humor negro" o de algo directamente irrespetuoso solo para llamar la atención? Las interpretaciones quedan abiertas
para que cada cual, dependiendo de "las gafas con que mire", le
otorgue su propia lectura.
