ARTE EN EL CIELO: LA BELLEZA DE LAS TORMENTAS

Esta vez en Todos contra el Arte, os invito a quedar asombrado@s con las espectaculares obras de arte que da la naturaleza; en este caso, y para ser más concretos: el cielo, el viento, las nubes y la electricidad.
A continuación comparto unas impresionantes fotografías que fueron realizadas por un tipo al que se le conoce como El hombre que persigue las tormentas, aunque su verdadero nombre es Mike Olbinski. Olbinski es un estadounidense residente en Arizona que se gana la vida como retratista y fotógrafo de bodas aunque su verdadera pasión es perseguir fenómenos atmosféricos. Sobre el hecho en cuestión el autor de las imágenes comenta: -Sí, hago bodas y retratos familiares, pero lo que más me gusta es perseguir tormentas. Mucha gente puede hacer fotos con un iPhone en una boda, pero si quieres un buen resultado, creo que has de contar con un profesional. No todo el mundo tiene la capacidad de capturar ‘los momentos’, las risas, las lágrimas o saber qué puede esperar de la luz de cada hora del día. Con la fotografía de tormentas pasa lo mismo. Creo que dentro de mí, al mirar una tormenta, hay algo que me permite ver cosas que otros no pueden ver. Una cierta forma de observar cómo se mueven las nubes. La gente tira muchas fotos de nubes y de tormentas, pero hay que tener muy buen ojo para llegar a componer una foto asombrosa.
Pues la verdad es que el tipo no lo hace nada mal 😃
Por cierto, me encanta la sensación apocalíptica que transmiten las imágenes 😍
Y a vosotr@s, ¿os gustan?




 

visita su web si te apetece ver o saber más sobre Mike Olbinski

ATENCIÓN: PROHIBIDO SONREÍR

Hoy en día el acto de sonreír ante un objetivo es algo natural y hasta humanizador que los políticos, artistas de cualquier disciplina y demás personas que aparecen frecuentemente en los medios de comunicación utilizan para transmitir una imagen cercana y alegre; lo curioso de este acto sencillo y cotidiano es que no siempre fue así. ¿Sabiáis que hubo un tiempo en el que no era práctico ni estuvo bien visto sonreír delante de una cámara de fotos?


Todos nos hemos cruzado alguna vez con fotografías de personajes históricos cuyo rostro siempre está serio, incluso más que eso, pero ¿por qué? ¿Se trata de una simple casualidad o hay algo detrás de este hecho? Resulta que sí, que hubo fuertes motivos por los que sus retratos siempre tenían ese característico tono grave, y básicamente son dos: uno tiene que ver con el aspecto técnico de la fotografía de la época, y el otro con una cuestión moral-social.


En el siglo XIX, a principios de la era de la fotografía, se necesitaba un tiempo de exposición tan prolongado para captar una imagen, que los retratados debían pasar largo tiempo delante de la cámara hasta que la foto quedaba registrada, lo cual suponía al menos diez minutos para recoger la luz, con lo que era imposible mantener un gesto forzado para sonreír durante tanto tiempo sin que el resultado final fuera un borrón irreconocible. Para conseguir la quietud de los protagonistas, en ocasiones utilizaban reposacabezas evitando así el entumecimiento muscular y facilitando la labor de tomar la imagen con nitidez.
 En cualquier caso, aunque en esa época hubieran tenido los adelantos fotográficos de nuestros días, tampoco se hubieran permitido sonreír, dado que en aquellos días estaba socialmente mal visto retratarse con una sonrisa en los labios porque ésta era considerada como un gesto infantil y principalmente desdeñoso. La cultura artística europea mostraba que la risa estaba reservada para los locos, los borrachos, los niños, la gente del espectáculo y las prostitutas, es decir, personas de reputación dudosa o cuya capacidad intelectual se ponía en entredicho. Con los retratos antigüos se intentaba transmitir una imagen sobria, inteligente y respetable, así pues, según los criterios de entonces, la sonrisa y los retratos no eran compatibles.

Los borrachos, de Velázquez
Salvo raras excepciones, este hecho se mantuvo así hasta bien entrado el siglo XX. Después, gracias a Hollywood, esta tendencia dio un giro a través de sus películas y de las sesiones fotográficas de los actores recogidas en revistas con alcance mundial. La eclosión del cine estadounidense, la popularidad de las estrellas a imitar, y su imagen natural, alegre y desenfadada influyó de forma decisiva en la forma de posar ante la cámara.



Bendito Hollywood 😉