La obra de Picasso fue a menudo autobiográfica, sobre todo en lo que respecta a los retratos de las mujeres de su vida. Algunas de estas imágenes son fuertemente eróticas y, por una parte, el pintor fue apreciado por la intensidad con la que representaba los placeres físicos del amor y, por otra, criticado por haber reducido a las mujeres a simples objetos sexuales. Algunas representaciones suyas de figuras femeninas tienen una cruda intensidad, mientras que otras, como en Muchacha sentada en un sillón rojo, se distinguen por su ternura expresiva.
La mujer de este cuadro es Marie-Thérèse Walter, uno de los
grandes amores de Picasso. Se conocieron en 1927, momento en que el primer
matrimonio sólo proporcionaba al pintor una gran infelicidad. La relación con
Marie-Thérèse, la cual sólo tenía diecisiete años cuando se conocieron, fue la
más intensa de su vida desde el punto de vista sexual, y en muchas pinturas que
la representan Picasso celebra extasiado el placer que experimentaba tocando
aquel bello cuerpo joven y firme, poniendo de relieve la rotundidad de sus
curvas.
El cuadro Muchacha sentada en un sillón rojo fue realizado en el verano de 1932,
en el
castillo de Boisgeloup, una residencia campestre cercana a Gisors que Picasso
había adquirido el año anterior.
Pintado en 1932. Dimensiones: 130x97 cms
En esta obra, la escena está dominada por las formas
voluptuosas y rotundas. El busto y las caderas de Marie-Thérèse se representan
con formas sólidas y turgentes que sugieren la fecundidad; el delicado color
gris tórtola de la piel enfatiza la sensación de calor y suavidad.
Los brazos con volutas de la silla en la que se sienta la
protagonista se
han exagerado para hacer eco a las formas del cuerpo.
han exagerado para hacer eco a las formas del cuerpo.
El rostro se presenta como un círculo casi perfecto, pero
está dividido en dos,
dando la idea no sólo de dos visiones de la cabeza (de frente y de perfil) sino también
de otra cabeza que se asoma por la silla para besar a la protagonista tiernamente.
dando la idea no sólo de dos visiones de la cabeza (de frente y de perfil) sino también
de otra cabeza que se asoma por la silla para besar a la protagonista tiernamente.
A la manos de Marie-Thérèse, el pintor les ha dado una forma
que recuerda
a las alas de una paloma, un ave tradicionalmente asociada al amor romántico.
a las alas de una paloma, un ave tradicionalmente asociada al amor romántico.
Una foto de este período muestra a la muchacha con una
paloma en la mano
y demuestra que la asociación probablemente no fue casual.
y demuestra que la asociación probablemente no fue casual.
La evidente pero delicada sensualidad en Muchacha sentada en
un sillón rojo, y la técnica empleada para ponerla de manifiesto han hecho de
este cuadro una de las
pinturas más valoradas y recordadas del pintor Pablo Picasso.
pinturas más valoradas y recordadas del pintor Pablo Picasso.
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Fuentes para la elaboración de este artículo: monográfico
Picasso
(Colección Grandes Maestros de la Pintura. Ediciones
Altaya, S.A. 2001)
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Si te apetece saber más sobre las obras maestras de este importante artista,
Si te apetece saber más sobre las obras maestras de este importante artista,
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