Pablo Picasso fue el artista más famosos y prolífico del siglo XX. Su obra, que incluye no sólo pinturas sino también esculturas, grabados, decorados teatrales y piezas de cerámica, revela una portentosa energía y una creatividad continuada durante más de setenta años. En 1907, cuando sólo tenía veintiséis años, pintó Les demoiselles d`Avignon (Las señoritas de Aviñón), una composición precubista que revolucionaría la pintura moderna y que daría paso a una nueva forma de representar el mundo.
Esta inquietante imagen marca un punto de inflexión en el arte del siglo XX. Distanciándose de la tradición, Picasso se burló deliberadamente de la idea según la cual los cuadros debían representar sólo lo que el artista podía ver desde un punto de vista concreto.
Las “señoritas” del título son prostitutas de un burdel barcelonés. Probablemente, Pablo Picasso tuvo su primera experiencia sexual a los catorce años en uno de los numerosos burdeles de la Barcelona de la época. A lo largo de su vida, el sexo fue uno de los temas centrales de su arte, y en los inicios de su carrera pintó con frecuencia aquellos míseros, pero excitantes, bajos fondos que conocía tan bien. En su época, muchos artistas de vanguardia sintieron la misma atracción por los temas relacionados con los bajos fondos; era un modo de rebelarse contra los temas tradicionales, considerados por ellos demasiado alejados de la realidad.
pintado durante 1907. Dimensiones 243,9 x 233,7 cms.
En un primer momento, los cinco desnudos femeninos de Las señoritas de Aviñón fueron pintados en el “estilo ibérico” que Picasso había desarrollado a partir del antiguo arte español. Pero en el verano de 1907, descubrió el arte primitivo, en una exposición de obras tribales de África y Oceanía organizada en París que Picasso calificó de “revelación” y que, a partir de ese momento ejerció una fuerte influencia sobre él; esto le indujo a crear una desarmonía que consiguió volviendo a pintar a tres mujeres de las cinco féminas rostros parecidos a máscaras.
La figura agachada también está distorsionada y se muestra desde dos puntos de vista simultáneamente: de espaldas y de frente, una idea revolucionaria para la época.
Lo mismo hace cuando transforma la imagen pintando rostros que a la vez están representados de frente y de perfil o con las frutas vistas desde diferentes perspectivas. Así se consigue que ya no haya un único punto de vista; el que observa el cuadro ve lo que el artista vería si girase continuamente en torno a la escena para tomar nota de ello.
Lo mismo hace cuando transforma la imagen pintando rostros que a la vez están representados de frente y de perfil o con las frutas vistas desde diferentes perspectivas. Así se consigue que ya no haya un único punto de vista; el que observa el cuadro ve lo que el artista vería si girase continuamente en torno a la escena para tomar nota de ello.
Tras la muerte de Picasso se descubrieron quince álbumes inéditos de esbozos relativos a la realización de esta obra maestra. El artista hizo centenares de dibujos y pruebas antes de llegar a una composición final que le satisficiera.
Hablando de esta obra, él mismo declaró que se había originado en dos períodos: el primero, en el que se incluían siete figuras con un estudiante de medicina y un marinero en la escena.
Y el segundo, que fue reemprendido tras una pausa de cerca de un mes, durante la cual el pintor se dedicó a otros proyectos, y en el que finalmente eliminó los dos personajes masculinos y se centró en el desarrollo pictórico de las cinco figuras femeninas.
Así, con los personajes ya completamente decididos tras un intenso proceso creativo,
Las señoritas de Aviñón se acabó convirtiendo en una obra que cambió para siempre la concepción y la representación de la imagen, y que marcó un antes y
un después en la Historia del Arte y en la carrera de Picasso.
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Fuentes para la elaboración de este artículo: transcrito desde el monográfico Picasso
(Colección Grandes Maestros de la Pintura. Ediciones
Altaya, S.A. 2001)