FotoSesión / TODOS CONTRA EL ARTE

Lo que nadie te cuenta cuando vas en busca de una colección de fotos satisfactoria, es que vas a tener que tomar una gran cantidad de instantáneas hasta que te aproximes o consigas exactamente lo que estás buscando.
Lo que la mayoría de la gente no sabe (yo tampoco lo sabía) es que la imagen que ves en unos segundos, ya sea en una portada, un anuncio o como acompañamiento de algo, es el resultado de una sesión de fotos, generalmente bastante larga que a veces llega a prolongarse varias horas; porque hay que probar y probar desde distintos ángulos, diferentes alturas, en tramos de tiempo concretos (por la luz) o iluminando el lugar (si se realiza en interiores), y preparar detalles como los peinados o el vestuario de quien protagonice las escenas. Para colmo si tienes que hacer todo esto en plan Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como), es decir: MÁS SOLA QUE LA UNA, el asunto se pone como para desanimarte y quitarte las ganas de empezar. 

Pero ahí estaba yo, dos años después de inaugurar este blog, en una tarde de verano de 2014, con la salud hecha polvo pero dispuesta a tomarme unas cuantas instantáneas de cara a conseguir imágenes con las que pretendía promocionar Todos contra el Arte; sin ser consciente aún de que, algo que en principio creía que iba a ser bastante divertido: hacerme unas fotitos, iba a descubrirme que autofotografiarse es un COÑAZO, y que se tardaba más en conseguirlo de lo que había imaginado.

Porque resultó que, cuando no me salía del plano, había posado de pena; o si no, que la cámara estaba situada a una distancia o altura errónea; o que en la ropa que llevaba puesta se había formado una arruga gigante que tomaba un protagonismo que no le correspondía; o que la instantánea había salido desenfocada; o que... 😫 En fin, fue un auténtico rollazo… Las que veis son una muestra de lo que sucedió a lo largo de las casi dos horas que duró la sesión, pero al final conseguí cuatro o cinco fotografías que terminaron agradándome y con las que pude hacer algo.

 

 

 

Como arranque y guía del tipo de imágenes que pretendía conseguir, tuve presente tres ideas que utilizaría para inspirarme: la irreverencia del mundo del Rock, la idea de que el Arte es sexy y atrevido, y la figura y estética de Andy Warhol. Ya digo que lograr alguna con la que poder trabajar fue difícil, por eso os aconsejo que si vais a hacer algo parecido, lo preparéis antes (la improvisación solo os hará perder un montón de tiempo y os generará frustración) y que busquéis un ayudante mejor que el trípode y el autodisparador de la cámara 😜