EL PICASSO DE BASQUIAT

El chico tan curioso que podéis ver en la siguiente foto es (o fue) Jean-Michel Basquiat, un artista neoyorquino que a los diecisiete años empezó a destacar como parte del dúo informal de graffitis autodenominado SAMO (siglas de Same Old Shit = la misma mierda de siempre), que a finales de los años setenta expresaba en las paredes de Manhattan ideas políticas, religiosas y filosóficas, ya fuese de una manera enigmática o explícitamente cómica.


Por entonces, en aquella zona de Nueva York, los movimientos del hip-hop, el postpunk y el arte del grafitti se habían fusionado dando inicio a lo que hoy en día se conoce como arte urbano.

SAMO NO PRODUCE CÁNCER EN ANIMALES DE LABORATORIO

SAMO SALVA A IDIOTAS Y A ANDROIDES

Jean Michel Basquiat no se consideraba un artista del graffiti, sino que utilizó la pintura en spray como herramienta para introducirse en el mundo del arte. Posteriormente, comenzó a trabajar con materiales que encontraba en la calle, como restos de gomaespuma, ventanas o puertas, y así, con su personal e innovador estilo, trasladó elementos cotidianos y urbanos al ámbito galerístico.


En la década de los años ochenta, expuso sus cuadros neoexpresionistas y primitivistas en
galerías y museos de todo el mundo. A partir de 1981, el artista dio un giro decisivo a
su estilo y a los temas que expresaba hasta entonces, y comenzó a retratar a los artistas,
músicos y deportistas que él admiraba.



De todos aquellos trabajos, esta obra llamada Sin título (Pablo Picasso) capta mucho mi atención, quizás porque yo también admiro enormemente como artista a Picasso, y porque además me encanta la estética desenfada y algo corrosiva que luce el cuadro. En él Basquiat pintó a un Pablo adolescente. Para que no quedara duda sobre la identidad de la figura o la fascinación que sentía por él, Basquiat grabó siete veces su nombre y además añadió la descripción PICASSO AS A FIFTEEN YEARS OLD (Picasso con quince años) en la camiseta a rayas del protagonista.

Sin título (Pablo Picasso) 1984  medidas: 90.5 × 90.5 cms

Puede que con esta obra Basquiat se quisiese comparar el artista español tal y como había hecho éste en su día con Velázquez o Matisse, por ejemplo. De hecho si nos fijamos, la nariz ancha y el pelo enmarañado recuerdan a su propio aspecto; además las calamidades que pasó y el éxito precoz podían recordar bastante a los de Picasso. Visto así, en última instancia, este cuadro casi podría considerarse un autorretrato que representa a Basquiat viéndose a través de su admirado predecesor, ¿no?
Supongo que, aunque Jean Michel murió prematuramente por sobredosis en 1988 a la edad 27 años, si se viera hoy en día, estaría orgulloso de que durante su breve carrera consiguiera una forma de pintar tan característica que creó escuela y que es estudiada, admirada e imitada en nuestros días.