UNA PENA - Angelo

Pues sí, es una pena que una historia que arranca tan bien y se pone cada vez mejor según avanzas en su lectura esté sin terminar. Tenía miedo de seguir leyendo justo por eso, porque sabía que al final no habría final, pero aún así la curiosidad ha sido más fuerte aún a costa de encontrarme un vacío que en cierto modo da rabia.
Angelo es una novela inacabada del director de cine Lucchino Visconti que por lo visto escribió a una edad muy temprana y que es toda una declaración de intenciones de lo que luego sería su obra cinematográfica estrechamente relacionada con la literatura, lo cierto es que la historia está escrita de puta madre, casi hubiera preferido que Visconti se dedicara más a la literatura que al cine; yo a penas sé nada sobre él o sobre sus pelis a excepción de su famosa Muerte en Venecia que, por cierto, me parece un TOSTÓN, pero bueno, ahí tengo como tarea pendiente echarle un visionado a Rocco y sus hermanos, Obsesione, El gatopardo o Senso, que por lo que tengo entendido son sus obras estandartes.

Angelo y su final sin final me han llevado a pensar en mí misma, en mis dos novelas sin acabar, en mis tres guiones para cortometrajes (dos de ellos aún sin concretar sobre el papel) y en mis muchas otras ideas para cuadros, fotos, instalaciones, más libros...; la novela de Visconti también me ha hecho recordar un documental que vi el pasado verano sobre el también director de cine y actor Orson Wells en el que se ponía de manifiesto su enorme creatividad, siempre innovadora, y la cantidad de trabajos inacabados que tenía por culpa de su falta de concreción. En el documental se decía que por culpa de esa creatividad  hiperactiva Wells pocas veces llegó a finalizar sus proyectos porque cuando empezaba con uno, se le ocurrían ideas para otro, arrancaba con él y luego lo dejaba a medias porque se le ocurría otra nueva idea con la que trabajar, se ponía a ello, la dejaba y así sucesivamente. Yo cuando vi esto en el documental me asusté porque me sentí reflejada en eso que decía, por supuesto no digo que yo me crea como Orson Wells o Visconti, sencillamente pienso que tanto sus respectivas historias como las palabras que le escuché pronunciar a Tony Robbins hace poco en una de sus conferencias sobre la falta de focalización y materialización de las ideas, parecen estar diciéndome que ha llegado el momento de pensar menos y de concretar más. Espero que el 2013 sea el año en el que yo haga suceder esto.


P. D. Se me ha olvidado recomendar una cosa por si a alguien le da alguna vez por leer Angelo. Al principio hay un prólogo realizado por un especialista en la obra cinematrográfica de Visconti; este prólogo, para mi gusto, debería ser un epílogo dado que lo que cuenta en él se entiende diez mil veces mejor una vez se ha leído Angelo.
Me alegro un montón de haberlo dejado para el final cuando llevaba unas cinco páginas leídas en las que no entendía nada bien lo que me estaba contando; leída la historia, todo de lo que informa adquiere sentido y resulta curioso.  
publicado en el invierno de 2012

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